MI AGRADECIMENTO CON TODO EL CARIÑO POR LA MAGNÍFICA ACOGIDA DEL LIBRO "MALPARTIDA DE LA SERENA. El PUEBLO Y LA HISTORIA", ASÍ COMO POR LAS FELICITACIONES RECIBIDAS Y DESEANDO A TODAS LAS PERSONAS QUE LO TIENEN QUE DISFRUTEN CON SU LECTURA.
ADEMÁS ADJUNTO EL TEXTO DE MI INTERVENCIÓN EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN:
PRESENTACIÓN DEL LIBRO:
“MALPARTIDA DE LA SERENA. EL PUEBLO Y LA HISTORIA”.
(Casa de la Cultura de Malpartida de la Serena, 16 de agosto, viernes, 20,30 horas).
-Intervención del autor: José Jerónimo Rodríguez Carrasco.
Buenas
tardes, Mamá, Enrique, Inma, familiares, amigos, autoridades, paisanos.
Para
mí es un placer y toda una satisfacción reunir aquí, en el salón de actos de la
Casa de la Cultura de Malpartida de la Serena, a tantas personas queridas en
torno a un libro, un libro de Historia…y sobre Malpartida…, titulado
“Malpartida de la Serena. El Pueblo y la Historia”, que obtuvo el accésit del I
Premio Alconétar de Historias Locales de
Extremadura en el 2011 y ha sido editado recientemente, en mayo de 2013 por la
Diputación de Cáceres.
Por
ello, quisiera dar mil gracias a todos por venir a esta presentación y compartir
estos momentos, pero especialmente a los que venís de fuera y os habéis
desplazado desde otras localidades para poder estar aquí, como mis buenos
amigos Nono y Diego que vienen desde Badajoz.
Antes
de entrar de lleno en el comentario sobre el libro me gustaría referirme
brevemente a la Asociación Cultural “Fuente Albalá” de Malpartida de la Serena,
la organizadora del acto, que hace poco, el pasado 30 de junio, cumplió su
primer año de vida. Nació del deseo de un grupo de personas de aunar voluntades
en pro de la conservación del rico patrimonio histórico, cultural y artístico
en nuestro querido pueblo y de contribuir a su dinamización cultural.
La
Asociación “Fuente Albalá” aspira a ser
como ese doble puente de Alconétar sobre el río Tajo que aparece en la portada
del libro (el antiguo, romano; y el moderno, el actual, el que se está haciendo
para el tren de alta velocidad). En definitiva, que la Asociación sea un nexo
de unión, nunca de separación, entre todos los “paparucos”.
Esta Asociación, que tengo el honor de
presidir, está abierta a todas las personas que sientan un vínculo con
Malpartida de la Serena (tanto si residen dentro como fuera del pueblo). Además,
la Asociación “Fuente Albalá” surgió con una clara voluntad de independencia, sin
etiquetas partidistas, albergando como
único propósito el de sumar
esfuerzos a favor de la cultura en Malpartida.
De
este modo aprovecho este evento para animar a todos los que deseen integrarse en esta aventura cultural
en la que ya estamos inmersos más de una
treintena de personas y, al mismo tiempo, es de justicia ensalzar la encomiable y desinteresada labor
realizada hasta el momento por todos sus integrantes.
Este
trabajo contante de todos los miembros ha hecho que algunos iniciativas, antes proyectos, hoy ya
se han materializado, como nuestra federación a SISEVA, la federación de
Asociaciones Culturales de La Siberia, La Serena y de las Vegas Altas, la
puesta en marcha de las rutas culturales en torno al término, que esperamos continuar
en otoño, la propia presentación de esta
obra de investigación histórica y la celebración de un recorrido histórico
–artístico por las calles de Malpartida durante la presente Semana Cultural,
que se realizará mañana sábado a partir de las 20,30 horas con salida desde
aquí, la puerta de la Casa de la Cultura.
Espero
y deseo que a este libro le sigan muy pronto otros trabajos como el que lleva
preparando con tanto esmero Miguel Ángel Granado en base a las imágenes del
pueblo de otros tiempos
Por
otro lado, me gustaría dar las gracias al Ayuntamiento de Malpartida de la
Serena por la atención que ha tenido conmigo y con la Asociación Cultural “Fuente Albalá”
para ceder este espacio con el objeto
poder hacer la presentación de este libro y así como a Montse como responsable
de la organización de la Semana Cultural.
* * * * * * * * *
Centrándonos
ya en esta obra, inicio el paseo por sus páginas con la dedicatoria muy sentida,
dirigida a mi madre, Francisca, aquí presente, y continuamente en la memoria,
mi abuela María, cuyo retrato he querido que presidiera esta presentación. A
las dos las nombro como “mis hondas raíces de Malpartida de la
Serena”.
Asimismo,
aprovecho la celebración de este acto público para hacer un reconocimiento
expreso a todas las personas e instituciones que han contribuido de alguna
forma a que este libro sea hoy una feliz realidad.
En
primer lugar, quiero expresar mi más profundo agradecimiento a Salvador Valle
Julián y a José Julián Barriga Bravo
como miembros de la Asociación Cultural Alconétar por sus gestiones y denodados
esfuerzos, que han sido muchos, para que este libro fuera editado.
También,
incluiría a mi gran amigo Luis Guerra, no solo por su contribución al libro,
sino sobre todo por sus constantes palabras de ánimo cuando, a veces, cundía el
desaliento al observar cómo iba pasando el tiempo y el libro no acababa de
publicarse.
Este
agradecimiento se hace extensible al Ayuntamiento de Garrovillas de Alconétar y
a la Institución Cultural El Brocense de
la Diputación de Cáceres que han sido finalmente las instituciones que han
puesto los recursos económicos para que esta obra sea editada.
Con
las Jornadas y los premios de Historias Locales de Extremadura, en su tercera y
segunda edición respectivamente este año 2013, el bonito y entrañable pueblo
cacereño de Garrovillas de Alconétar está contribuyendo a crear un marco para
el encuentro de todos aquellos que se esfuerzan de rescatar, dar a conocer y
divulgar la historia de nuestros pueblos a lo largo y ancho de la geografía
extremeña. Ejemplo que, en mi opinión, debería extenderse a todos los municipios de
Extremadura para que dediquen un mayor ahínco en recuperar un patrimonio menos
tangible como el cultural que es uno de nuestros grandes activos de futuro, de
cara a revitalizar el mundo rural extremeño.
Este libro desde su nacimiento se concibió no
como una empresa individual sino, por el contrario, colectiva en aras de la
reconstrucción del pasado común de nuestro pueblo.
Uno
de los objetivos principales de esta investigación ha sido el de rescatar la
rica tradición oral sobre acontecimientos de distintas épocas que se ha
transmitido de generación en generación hasta el presente, como los relatos en torno
a los hechos de la Guerra Civil española en Malpartida, que desde niño tanto me gustaba escuchar de
los labios de mi abuela (María) y que, año tras año, se van renovando a través
de la memoria viva de mi madre (Francisca).
Otros
relatos se deben a todos aquellos “paparucos” que generosamente me los han
transmitido y que yo me he limitado a pasar por escrito e incorporar a este
libro, lo cual he hecho siempre con la
intención de fijarlos a través de la palabra escrita y evitar que se pierdan en
el olvido de esta época inconsistente y desmemoriada de “tiempos líquidos” de
los que habla el sabio Zigmunt Bauman.
Además,
quería que este acto se convirtiera en un pequeño homenaje hacia todos nuestros
paisanos, que con esa ingente y callada labor, mantienen la llama de los hechos del pasado y
no dejar que se extinga. Por ello
expreso mi más profundo agradecimiento a: Miguel Carmona Alberca, Agustín
Carmona Rico, Juana Carmona Rico, Isabel Galán Coronel, Manuel Gallego Carmona,
Isidro García Arias, Miguel Ángel Granado Acedo, Mariano León Franco, Lope
Ortiz Vinuesa, Manuel Pérez Gutiérrez –por desgracia fallecido recientemente-,
Tomás Riaño García, Maximiliana Rico Hidalgo, Flora Rico Rico, Francisca Rico
Rico y Adelaida Rodríguez Bravo. Y además se merecen un gran aplauso de de
nuestra parte.
En
esta intervención no podía dejar de tener presente siempre en el recuerdo la
fructífera y continuada actividad de cronista local de mi padre, don Enrique,
“el Maestro” a través de esas crónicas que con tanto afán y cariño escribió
durante los años que fue el corresponsal del periódico “Hoy” en Malpartida de
la Serena. En gran parte me considero su continuador y heredero a través de
esta modesta aportación sobre la historia local malpartideña.
El
texto del libro quedaría algo desabrido sin la condimentación especial que le
aportan las imágenes que le acompañan. Así pues, quería agradecer las
facilitadas por Luis y María Luisa Guerra Blanc, Fernando Hidalgo Pérez,
Maximiliana Rico Hidalgo y Desi Canseco Carmona. Igualmente incluyo a Cándido
Gil Vela, uno de cuyos cuadros iba a ser en principio la portada del libro y que
finalmente no ha podido aparecer en él.
Asimismo,
quería reconocer expresamente la que debo calificar como contribución
providencial la prestada por el historiador de La Coronada, Juan José Arias
Moreno, que gracias a sus referencias documentales me abrió la mente para
iluminar algunos pasajes oscuros de nuestro pasado, como la de la supuesta
pérdida de parte del término municipal durante los años veinte del siglo
pasado.
También
quería dar expresamente las gracias a Anselmo Fernández-Blanco, por darme la
oportunidad de conocer la existencia de la familia de los Fernández-Blanco, de
origen malpartideño, de la que él desciende. Él me ha contagiado la afición por
indagar y divulgar a uno de los linajes políticos más influyentes relacionados
con el liberalismo en La Serena y la provincia de Badajoz entre la segunda
mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX y al que pertenecieron
figuras tan representativas y notables como
Francisco, Victoriano, Hipólito, Ventura o Ricardo.
Continuamente
en la evocación tengo presente el estímulo, en otras época pasadas, de nuestro
primo don Fernando Hidalgo Rebollo, quien fuera el farmacéutico del pueblo, que
lo representaba con orgullo por doquier y gran enamorado de su historia, cuando
me instaba a investigar algunos hechos poco conocidos de nuestro pasado,
algunos de los cuales, precisamente ahora, salen a relucir en esta obra, como
es el caso de las lápidas funerarias romanas o el enigmático misionero en
Filipinas originario de Malpartida.
Una
mención señalada merece mi buen amigo el historiador José Luis Martin Oreja, a
quién desde el principio, cuando le propuse leer el borrador de esta obra,
aceptó el reto con un enorme entusiasmo. Sus sabios consejos y recomendaciones
como gran lector que es, han contribuido a mejorar este texto, que se ha
convertido en algo suyo, quien no ha
podido estar presente por cuestiones de trabajo.
También
quería reconocer el apoyo y ayuda prestada a los amigos historiadores y
compañeros de la carrera, José Hinojosa Durán (Presidente del GEHCEX), a Juan
Ángel Ruiz Rodríguez y a Dionisio A. Martín Nieto (presidente de la Federación
SISEVA; lo mismo que a Miguel Ángel Naranjo Sanguino, el gran experto del siglo
XIX extremeño y, conocedor como ninguno, del proceso de desamortización.
Dentro
de los agradecimientos incluyo a todas las personas responsables del
Ayuntamiento e instituciones locales de Malpartida de la Serena, bien por los
continuos ánimos tanto para sacar adelante este trabajo histórico, como por su
amplia colaboración en la divulgación de otras obras anteriores, y, asimismo,
por las enormes facilidades que siempre me han dado en la consulta de documentos
municipales. Mis agradecimientos a: Jacinto Murillo Gómez; Manuel Gallego
García; Francisco García Martín, Juan
José Murillo Gómez, Hipólito Pacheco Delgado,
Leonor León Acedo y María del Carmen Alejandre Martínez.
Por
último, quería igualmente nombrar a Manuel Delgado Santana, en su labor antaño de corresponsal del periódico “Hoy” en
nuestro pueblo, y a Andrés Román García, párroco de Malpartida de la Serena,
entre 1991 y 2001, quien me dio la oportunidad de consultar, hace ya algunos
años, los libros del Registro parroquial de la iglesia de Nuestra Señora de la
Asunción.
* * * * * * * * * * *
“Feliz quien, como Ulises, ha hecho un bello
viaje”. Así comienza el prólogo del libro “Corazón de Ulises”
de Javier Reverte, en recuerdo del famoso soneto del escritor francés del
Renacimiento Du Bellay, con la Odisea de Homero como referente.
Feliz
y satisfecho como Odiseo me siento al haber concluido este viaje hacia el
pasado de nuestro pueblo, que ha terminado en la edición de este libro, igual
que los anteriores, por su temática, hijo de Malpartida.
Esta
obra ha nacido tras una larga gestación, no exenta de multitud de dificultades de todo tipo, que afortunadamente
se han ido resolviendo y solventado de forma positiva.
Una de las motivaciones principales de este
libro está en el sentimiento y la necesidad que albergo de aportar algo al pueblo y a las personas entre los que
me crié y crecí. Muchas veces he pensado
que la mejor forma de hacerlo es a través de mi gran pasión y quehacer
profesional: la Historia. Estimo que
cada persona debe dar lo mejor de sí mismo a la comunidad a la que
pertenece y esa es la mejor manera de
hacer progresar a los pueblos y a las naciones.
El
origen del libro, está en otro anterior. Hace justo cinco años, el 13 de agosto
del 2008, presenté aquí, en este mismo
escenario, el libro “Un cronista y maestro de La Serena. Enrique Rodríguez
Murillo y Malpartida de la Serena (1961-1979)” en el que hacía un homenaje a mi
padre en su labor de cronista malpartideño al recuperar las crónicas que escribió durante dieciocho años
para el periódico “Hoy” y que reflejaban lo que era la vida del día a día de
nuestro pueblo en esas décadas decisivas de los años sesenta y setenta del
siglo XX.
Entonces,
muchas personas me sugirieron durante el desarrollo de ese acto que prosiguiera
mi labor de investigación sobre Malpartida e hiciera un libro de Historia sobre nuestra
localidad.
A
pesar de que la empresa me parecía ardua, y sabía de las dificultades y
obstáculos que se iban a presentar me puse manos a la obra con muchas ganas e
ilusión.
Tras
este libro hay muchas horas de trabajo, multitud de desvelos y de esfuerzos,
tanto de documentación, de organización de la información, en la redacción y
correcciones del texto y en especial en los afanes para su publicación.
Mientras
estaba metido su preparación, durante el año 2010 llegó una carta del
Ayuntamiento de Garrovillas de Alconétar a mi Instituto, el IES “Sierra La
Calera” de Santa Marta, sobre el certamen de Historias Locales de Extremadura
que en esa localidad cacereña se estaba organizando. Vi las bases de la
convocatoria y decidir presentar la investigación y, al final, conseguí el
premio del accésit que daba lugar al compromiso de la publicación del trabajo.
Cuando
comencé a trabajar de profesor de Secundaria allá por 1994, paralelamente me
puse a recopilar información sobre Malpartida y todavía recuerdo, mirando casi
veinte años atrás, que un día que me acerqué al Ayuntamiento para ver que
documentos se guardaban por allí,
Manuel, “el Municipal”, me
proporcionó un par de fotocopias de un capítulo dedicado a Malpartida
procedente del libro escrito por Agúndez
Fernández, “Viaje a La Serena en 1791”. Me fui un poco decepcionado por una
documentación tan escasa.
Desde
entonces comencé un peregrinar por distintos Archivos, lugares o fuentes de
información tanto de nuestra tierra como fuera de ella en los que encontré una
numerosa documentación en lo que en principio era solo un desierto: Archivo
General de la Guerra Civil o de la Memoria Histórica de Salamanca, Archivo
Histórico Nacional de Madrid, Instituto Geográfico Nacional de Madrid, Archivo
Provincial de la Diputación de Badajoz…y un largo etcétera que no es ahora momento de detallar. Todas estas instituciones
y algunas más que se citan al final del libro son las que han aportado una
abundante material que constituye la amplia base documental en la que se
asienta este libro.
Los
papeles antiguos, esos que se arrinconan en armarios o estanterías y que con el paso del tiempo van
ocupado espacio y llenándose de polvo, humedad y telarañas tienen un valor
incalculable como instrumentos para hurgar en el pasado y reconstruirlo que es
la labor que debe realizar el historiador.
En
este acto me gustaría poner en valor todos esos libros, escritos, y textos de
otras épocas, ya que se trata de un patrimonio propio, de nuestro pasado que
entre todos debemos proteger, conservar, dar a conocer y divulgar. Durante la
época de preparación del libro dedicado a mi padre, mientras consultaba los
libros de actas del Ayuntamiento correspondientes a la época de la Transición
descubrí al azar dos que ni siquiera están catalogados que van de enero de 1936
hasta julio de 1938 y que han constituido una fuente fundamental para dar forma
al capítulos sobre la Guerra Civil española en nuestra localidad.
En
la enorme labor de recopilación, de custodia y divulgación de la documentación
serenense desearía resaltar la gran labor de recopilación, de custodia y
divulgación que desde el Centro de Documentación de la Serena en el que está
seriamente comprometido Antonio López, así como el impagable trabajo de
difusión cultural que en otras localidades realizan, por ejemplo, personas como
Javier Campos. En la misma línea de fomentar la investigación histórica en
Extremadura y de divulgación cultural está el GEHCEX (Grupo para el Estudio
sobre la Historia Contemporánea de Extremadura) al que pertenezco junto
con más de un centenar de investigadores
y que tiene en su haber la organización de importantes jornadas y congresos
históricos como el celebrado en Cáceres en noviembre del 2012 sobre la
Extremadura del siglo XIX.
La
vida es cambio constante, evolución, transformación. Parece algo contradictorio pero es posible
detener el tiempo para hacerlo eterno. Fingimos que paramos el discurrir de las cosas, como en este libro
cuando hacemos que el pasado parezca presente, reviviendo lo que ya no existe
pero que se mantiene a través de la memoria oral o escrita de la sociedad.
Recuerdo, de nuevo, al viajero escritor, Javier Reverte cuando dice: “Lo que no cambia, la sustancia de la vida
está en los libros de historia y en la literatura”.
Esperemos
que nunca lleguemos a esa terrorífica sociedad futurista descrita por Ray
Bradbury en “Farenheit 431” en la que se consideran como los elementos más
peligrosos a aquellos que guardan libros en sus casas y se han convertido en
proscritos los que se empeñan en mantener el saber vivo de los libros
transmitiéndolo de memoria entre unos y otros.
En
muchas ocasiones, durante la elaboración de este libro, me ha parecido estar metido
en un laberinto y sentir de cerca el
acoso de Minotauro. No obstante, guiado con el hilo de Ariadna he conseguido
hallar la salida a los que parecían puntos ciegos o muros infranqueables.
Igual que Alejandro, “El Grande”, me guiaba el
afán de ir “más allá”, “más allá”.
Sentía el impulso de ver lo que hay al otro lado del mundo conocido, de adentrarme
en un territorio hasta entonces inexplorado. El resolver los enigmas históricos
que se iban presentando por el camino, era un impulso más potente que el temor
a lo desconocido.
Tanto
el prólogo del libro como esta intervención, como pueden comprobar, están llenos intencionadamente de referencias literarias.
Quisiera aprovechar la ocasión también para distinguir de forma señalada la
gran e incasable labor de difusión cultural que en distintos foros –como el
Ateneo de Badajoz- hace mi gran amigo Javi González, quien tuvo la genial idea
de reunirnos a un grupo de amigos en torno a una tertulia para compartir
conocimientos, inquietudes y experiencias y que ya va por el quinto año de
vida, y en la que los libros, nuestras lecturas eran y siguen siendo uno de nuestros puntales
esenciales. Muchas de las citas literarias que salen en el prologo o en el
texto son fruto de ese aprendizaje compartido. Desgraciadamente, no ha podido
estar presente por asuntos familiares.
En
este acto no pretendo hacer una descripción exhaustiva del contenido del libro
ya que estimo que lo verdaderamente sugerente es que cada persona lo lea y
saque las conclusiones que estime convenientes. Aquí me voy a limitar a dibujar
las líneas maestras de lo que en él se cuenta.
La
obra da comienzo con la relación del pueblo, como no podía ser de otra manera,
con la tierra en la que está inmerso, la comarca de La Serena. A continuación
el dicho popular de “Malpartida los pare pero no los cría” me sirve de escusa
para comentar la realidad demográfica innegable del pueblo, la pérdida
constante de población desde los años 60 del siglo anterior hasta ahora. Sin
embargo, el plato fuerte es un itinerario por los principales hitos histórico
de Malpartida desde la Prehistoria hasta el final de la Guerra Civil española:
los primeros vestigios de poblamiento en el Paleolítico, los restos romanos, la
fundación del pueblo en la Edad Media, las hipótesis sobre su nombre, los
indianos malpartideños que partieron hacia América en los siglos XVI y XVII, la
carta privilegio que le dio el título de villa en 1610, el monumento más
relevante, la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, personajes destacados
como Domenico Caracciolo, el comentario de las fuentes históricas del siglo
XVIII: el Catastro de Ensenada y el Interrogatorio de la Real Audiencia de
Extremadura, las figuras señeras de familia de los Fernández-Blanco, mi
bisabuelo el médico Francisco Rebollo Aguado, la polémica sobre el término y la
actuación en su defensa del alcalde Salvador Blanc Partido, la fundación de “El
Casino” con el nombre de “la Buena Unión”, la evolución electoral en Malpartida
durante la Segunda República y los brotes de conflictividad social o la siempre
polémica y dolorosa Guerra Civil española, con todos los testimonios
recopilados y con el relato de hechos como la explosión de la parte superior de
la torre, los asesinatos de personas –fundamentalmente de Zalamea de la Serena-,
las incautaciones de fincas y el funcionamiento de la colectividad “La Aurora
Social”, la importancia de Malpartida como centro de instrucción del Ejercito
republicano, o las actuaciones decididas de los dirigentes locales como
Venancio Alberca García y Miguel Rodríguez Rico para evitar un baño de sangre
en el pueblo defendiendo u ocultando a personas señalada para asesinarlas.
Para
finalizar me gustaría decir que tanto este libro como, en general, el discurso
histórico no es una construcción definitiva ni una verdad absoluta sino una aproximación
a la realidad del pasado y que está
sometida a una continua revisión.
Somos surcos en el tiempo, pequeñas estelas
trazadas en el mar, huellas efímeras sobre la tierra que el viento borra…pero a
pesar de todo tenemos ese afán de persistencia. Por este motivo, pienso que
entre todos construimos esa memoria rica y plural de la que estamos hechos.
Estoy convencido de que una sociedad que no guarda memoria de su pasado está
condenada irreversiblemente la inexistencia que marca olvido.
No
puedo terminar, sin un recordatorio especial a nuestros seres queridos, que
aunque hayan muerto, siguen vivos eternamente y presentes a través de nosotros.
Nunca debemos desdeñar a nuestros ancestros, a los que nos precedieron en esta
gran aventura que es la vida. En mi opinión, es nuestro deber conservar el rico
legado material, cultural y espiritual que amorosamente nos transmitieron ya
que sin él no podemos entender lo que somos.
Como
broche final me gustaría cerrar este acto recordando unas celebres palabras de
D. Miguel de Unamuno sobre la importancia y el poder de la cultura:
«La libertad no es un estado sino un
proceso; sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe. Sólo la
cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la
de pensar, sino dad pensamientos.”
Muchas gracias por asistir a este acto y
deseo de todo corazón que disfruten de la lectura del libro.
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